Diría García Marquez, ” ni milagro , ni nada”,es la forma de reaccionar de las comunidades indigenes en Colombia y toda América ante la adversidad.Lo primero que hicieron los autitos, el grupo indígena al localizar a los 4 niños en el selva colombiana, fue un recogimiento para dar las gracias a la selva que los protegió.

No es un asunto menor. Una familia en la miseria ahorra, para ver al padre a centenares de kilómetros donde encontró un trabajo para presentarle a su hijo menor, y alquila una avioneta con la madre y sus cuatro hijos.La vieja avioneta, en regular estado o las condiciones meteorológicas, hace que se precipite a tierra en plena selva colombiana, donde fallecen la madre, el piloto y otro amigo, pero que salvan la vida, Lesly de 13 años, Soleiny de 9, Tien de 5 y en brazos, con menos de un año Cristín..

En la soledad, ante el dolor del accidente y ver a su madre muerta, Leisly con sus 13 años, encabeza la lucha por sobrevir de sus 3 hermanos, en plena selva, su habitat natural,  y durante más de un mes, logra la sobre vivencia, entre todos los peligros que tiene la selva para los occidentales, pero que forman parte del entorno de Lesly desde que nació.

200 personas, desde el gobierno y la comunidad indígena salen a su búsqueda, mientras Lesly logra alimentos y agua para que el niño en brazos no fallezca, y encabeza la lucha por sobrevir de esa familia de 4, en ese momento a su cargo. Y sobreviven, y los encuentran ante la conmoción de todo el país.

Pero los indigenas autitos, antes de subir al helicóptero, piden silencia y dan en forma reverencial las gracias a la naturaleza, más unida que nunca al ser humano.

Enseñanza, desde abajo, desde la naturaleza a esta sociedad de consumo  que devora a todos los autitos del mundo, sin saber que sin tener quede ir a Harvard o a Yale,, las soluciones están en quienes destruimos y marginamos hasta ahora.