Yo ya conocía Avilés muy bien, antes de que aterrizase aquel avión de Iberia en lo que era Ranon, tras asistir al Congreso del PSOE en 1976, acompañando a mis padres. El auto pasaba veloz y a lo lejos, leía Avilés.
Angel, bajito, narigón, mal hablado, simpático hasta el extremo, era habitual en nuestra casa en Vértiz en los nochebuenas y fines de año que cocinaba Rafael, hasta que un día conocí la historia. Angel había sido el primer socialista que avisó en su ciudad que había estallado la Revolución de Octubre.
Miembro con carnet y al corriente de los pagos toda su vida hasta los 82 años, aquel hombre que vendía colchones en el el centro de la ciudad, al llegar se había enamorado de una mujer que era el doble de una famosa actriz y se volvió su amante.
Pero, había dejado novia en Aviles, Evelia que le preguntaba cuando podía irse a México. Lllegó el momento, Angel comió con aquella guapa mujer, le explicó la situación, la “indemnizó conforme a la ley ” y apareció Evelia, callada seria, muy grata mujer.
Rafael que tenía mucho éxito en Seguros la Comercial, un domingo tras la comida la sugiere a Ángel a sus 62 años, ¿por que no vendes seguros?. Aceptó pasó los análisis y fue rechazado por el Director Médico de la empresa, por la edad y su soplo en el corazón. Pero Don Rafael pesó más que aquel Director Médico, a quien Angel ya supervisor, enterró.
Cuando en 1970, dejé el Banco del Atlántico, los 1,000 empleados que tenía como Jefe de Personal, terminada la carrera de Sociologo, y tras la masacre de Tlatelolco dejé todo para iniciar de cero a construir un nuevo partido en México, y ante el consejo de mi padre de que vendiese seguros para tener todo mi tiempo libre y NO DEPENDER NUNCA DEL PARTIDO, pase los exámenes y durante toda mi vida, no pedí al partido nada. Ángel resultó mi supervisor. Con el , aquel extraño hijo de Pura viajo 80 veces a Xalapa, Veracruz, lo que le permitió ganar el seguro más grande del país(todo el café de México) y así se ganaban los recursos para levantar el partido y acompañar a mis padres en su regreso. Ángel cada año, gana la Convención, y con aquel seguro se fue a Suecia.
Ángel nunca manejó. A los 62 y hasta los 82, tomaba el autobús 1, que lo dejaba en la oficinas en Paseo de la Reforma, trabajaba en la mañana, se iba a comer y no regresaba. Ese Angel con su Evelia, viajó cada año 2 meses a España, a Avilés.
Pero ,hombre, él ,amigo de Felipe, único hombre, entre 8 hermanas monjas de clausura, las visitaba en el Convento de Clausura, y entre las rejas donde podía llegar tenía al resto de las monjas con sus hermanas, hablándoles de como era Felipe y el nuevo socialismo.
Un día, cuando por primera vez el hijo de Juan Carlos, a los 12 años, llega a Oviedo estabamos, mi esposa Lisbeth, Ángel, Evelia y otra pareja.Ante el tumulto, decidimos comernos unos huevos fritos con chorizo y patatas, y Evelia dijo, “Ahora regreso”. Y Evelia que nunca se separaba de Angel, se desapareció.Preocupados, al terminar, ¿ Y Evelia?, y con la ayuda de la policía la localizamos.
Estaba en la Cámara Santa de la Catedral de Oviedo, sóla, cuando se abre la puerta y aparece el rey, la reina y el hijo y se encuentran sóla visitando la Camara Santa, a Evelia.
Ya fallecieron los dos inolvidables.
No reconocerían al socialismo asturiano y menos al de Aviles. Ellos fueron de otra generación la de los del 34, 36 y 37.
Un lujo haber conocido a aquella generación con ideales, sirviendo al pueblo y no sirviéndose de él.Como diría Joaquín Pardavé, aquel gran actor mexicano: ” Que tiempos aquellos señor don Simón “